Viajo, recorro, contemplo, aprendo. Conocí gente parecida a
un parque de diversiones, a bengalas o Navidades. Otras en cambio, parecidas a
alertas meteorológicas, a malas noticias, a dolor de cabeza.
Viví en casas con patios verdes, con sauce llorón, con
tejados rojos. En departamentos con espacios chicos, con balcones ideales para
fumar un rato. En Perú, un par de días. En pensión, un año entero.
Los pies me crecieron en el trayecto y se fueron sumando las
velitas de cumpleaños. Lloro por amor, por dinero y consumo porquerías que
consumen los mayores. Dejé de jugar a la maestra y a la mamá, más cerca estoy
de serlo realmente. Dejé de creer en Papá Noel, para pasar a creer en mis
viejos.
Yo sé que tu historia tiene colores distintos, sé que tus
hermanos son diferentes y que nuestro carácter es totalmente opuesto. Sé que te
gusta el arroz con choclo y sabes que no tolero mucho el chocolate. Sé que
hablas con tu papá como si fuese tu amigo, sabes que con mi papá he llenado
días de eternos silencios. Sé que le contas todo a tu mamá y que a veces le
mentis un poco, sabés que yo hablo por mi arte ya que por mi boca muchas veces
la embarro.
Sé que hoy estás triste, y también sé que hace tiempo me
guardas cierto rechazo. Yo respeto tu silencio, como vos respetas mi historia,
no vengo a perturbarte, porque entiendo que no pensamos igual, que no tenemos
las mismas ideas. Solo vengo a darte mi apoyo, porque te quiero, y aunque nunca
vayas a saber realmente que hay detrás de tanto embrollo, que es mi cabeza,
aunque nunca estes segura de si es real lo que te digo. Vamos, sabes que me
cuesta mentir, soy pésima. Poco me cuesta, en cambio, encariñarme.
Sufrí mucho este año, y creo que me entendes, me gusta
creerlo porque te veo como un piso firme, sino me sentiría como en una cuerda
floja. Quiero ayudarte, cuando sonreís se te hacen los dientes como perlitas,
como un gesto tan inocente que dan ganas de congelarte y dejarte sonriendo todo
el tiempo.
No quiero que sufras, quiero que seas conciente de quien
sos, solo así vas a poder respetarte.
Te quiero, no te miento, te cuido, te enseño, lo que puedo,
cuando me dejas.
Cuando quieras desahogarte, pasate por casa, quizás hasta me
inspires un cuadrito, porque tenes colores y yo te los sé ver .
No sos gris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario