Escribo por el simple hecho de escribir, tal vez también exista en mi la necesidad de hacerlo, para soltar mis preocupaciones como un niño soltaría un globo lleno de helio, quizás al principio quiera retenerlo con él para siempre, hatsa su muerte, pero que al soltarlo nota que mejor se ve en el cielo. Mis preocupaciones no son globos, ni yo las sostengo, ni yo las suelto cuando se me da la gana de soltarlas. Pero algo es seguro, no se ven bien en mi.
Es cierto que no tengo los mismos vicios de antes, y que, como todo hombre, en algunas cosas he mejorado, a veces por esfuerzo propio, otras por madurez y edad.
Pero sigo necesitando un abrazo, un mínimo gesto de atención, como si yo fuera el centro del universo, no no y no!, no lo soy, pero es que a veces no lo recuerdo, soy yo la que se va, no mis amigas y no tienen por qué sentirse mal, o al menos no todo el tiempo. Pero algo me reconozco, una llamada de dos minutos, una visita casual y sorpresiva, unas palabras bonitas por facebook (no cuesta nada), algo que salga del corazón, que no sea por compromiso... debería ser así, somos amigas!, creía que eramos hermanas, que estábamos en todas. Al menos no lo estoy sintiendo así.
¿Soy yo demasiado exigente? ¿O ellas realmente no tienen la necesidad de ayudarme?
Cuento los días que me quedan en mi ciudad con los dedos de los pies, de las manos, y tal vez me falten un par, no más. Es muy poco, sin embargo parece solo importarme a mi, y a algunas de ellas, ¿Por qué no a todas? Nuevamente: no soy el centro del mundo, pero necesito un poco de compación, de apoyo. "Vas a estar bien" "Te voy a llamar", palabras que pueden llenar a una persona y no sabes cómo. A veces solo necesito un abrazo, un poco de tiempo.
No es nada fácil este cambio, porque lo llevo a cabo completamente sola, ya no sé ni cómo sostener todas las emociones que me genera, sino miren... estoy escribiendo en un blog las cosas que me pasan en la vida real.
Sin embargo ese vacío que me genera la falta de empatía de algunas personas, lo lleno de otra manera, con mi abuela, mi familia, cati, mirar mucho tiempo por el balcón y aunque ni yo lo pueda creer: el estudio, sí, me mantiene despejada, atenta en cosas que no tienen nada que ver con la vida real.
Definitivamente espero mucho de la gente, aunque yo crea que un gesto no cuesta nada, en realidad sí cuesta, cuesta abrir una ventanita de chat y decir "te quiero" porque sí, comprar un chupetín y regalarlo porque sí, por la simple intensión de regalar algo. A mi no me cuesta, pero nuevamente: yo no soy el centro del mundo.
Espero que las cosas cambien, al menos un poco, mientras tanto me etrego de a poquito a mi nuevo lugar.
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