lunes, 23 de mayo de 2011

Una vida a base de mejores amigas eternas

Brindo con una copa llena de carcajadas por esa mejor amiga eterna. Eternamente agradecida de haberla conocido, de haberla escuchado, de haber aprendido. Sin embargo me pregunto ¿Cómo en una mujer tan simple pueden entrar tantos complejos? Que el pelo, que los dientes, que las piernas... Y es hermosa.

Recuerdo días de playa, caminatas por la orilla, criticar a todo el mundo, jugar. Ser almas enlazadas, ser un "dúo dinámico".

Y yo a ella le aconsejo que deje de odiarse a sí misma porque se llevará puesta por el resto de su vida.

La admiro tanto, quiero seguirle los pasos en muchas cosas. Siempre dice lo que piensa, pero nunca lastima. Siempre ríe y contagia. Siempre tiene proyectos y los mantiene secretos (pero a veces explota como fuegos artificiales y comienza a contar lo que uno quiere escuchar, porque lo debo admitir, es un alma interesante).

La verdadera inteligente, la verdadera crítica. Así la visualizo, sencible pero con pensamientos muy sólidos. Maravillada de que siga siendo parte de mi historia.

Tengo sueño pero no podía no escribirle, a pesar de todos los cambios, hoy sigo recordando todo: desde la cindor en lo de Sofía Intelizano, hasta cuando una mujer nos llevó en auto por la ruta.

A mi eterna mejor amiga: Catalina (omitir todas).

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