domingo, 12 de enero de 2014

Cuidado: el pozo.
Armate de jugo de frutas, acostúmbrate a cerrar los ojos y cruzar el charco. No todos quieren ayudarte.
Sin prejuicios: el más loco es el que piensa en ti y en tu bienestar. Acompáñalo también. Bríndale tu candela. 
Despiértate: aunque con los ojos cerrados (eso no es dormir) que no confundan tu cuerpo con asfalto, pues no soporta el peso de tanta gente.
Perdona: porque es de errores de los que has aprendido y recuerda, porque también te han perdonado.

Cuidado: la gente
Despójate de la inocencia, no todos tienen buenas inteciones.
Sin odio: sonríe, porque la sonrisa es contagiosa y nunca enfermiza.
Apréciate: aunque te lleve años aceptarte. No te quiebres con tu consentimiento. 
Déjalo: admite que te has confundido y suéltalo, déjalo a ir, a eso que has llamado compañía y solo era tentación.

Cuidado: los años
No se te ha otorgado experiencia a cambio de nada. Tus años, aunque cueste decirlo, son contratos cada vez más severos. No importa a quién desiluciones, pero que no sea nunca a los que siempre te mantuvieron firme. 

Cuidado: vos mismo.
Sos tu mejor herramienta, no te estropees. Supera con inteligencia, pero más con humanidad, todos los conflictos que se te presentan. No pierdas tu entusiasmo, chispa e imaginación.

NO OLVIDES EL OBJETIVO

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