Para ustedes

Si fuese a una tienda a comprar metros y metros de guirnaldas, sabría a quien adornar, iría a un jardín gigante que no terminaría, o al menos la vista no permitiría que sus límites puediesen notarse; y correría, haciendo volar las guirnaldas que sujetaría en mi mano, comenzaría a enredar a la gente que amo, la sujetaría demasiado, la llenaría de colores, de... guirnaldas. Y cuano se me acabase por completo la falsa infinidad de mis guirnaldas, me iría al cielo, subiendo una escalera... y miraría desde arriba todo el colorido que generó mi historia.