¿Cómo hacer inmortal lo que uno ama? Los recuerdos, las costumbres, los detalles que nos caracterizan, los elementos que se convierten en pequeños amigos silenciosos, la gente, los pensamientos, los viajes. Me temo que es imposible y esto es tan triste como real. Si fuésemos inmortales, lo que llevamos dentro también lo sería, pero como no lo somos solo estamos llenos de una magia efímera que nos estimula a creer en cosas bonitas, en crecer.
La pregunta es si estamos llenos de algo, o estamos llenos de nada. No podemos tener certeza de esto, porque no somos maletas, somos humanos.
Que esfuerzo en vano ¿No? Volcarse con tanta pasión a cada cosa que queremos llevarnos para siempre, para después morir y que se muera con nosotros, o quizá antes… todo dependerá del olvido, del despiste, del resentimiento, de la vida.
¿Qué es lo que tengo dentro? ¿Es lo que creo tener? ¿O lo que creo tener es lo que quiero tener? ¿Tengo música o soy un tanto más aburrida de lo que creo? No tengo la certeza para respondérmelo, más si tengo una ilusión: nunca sabré que tengo adentro, debo entregarme a lo que amo para saberlo, debo abrirme a quienes amo para que me lo cuenten, todo lo que quiero saber de mi, todos los enigmas que llevo dentro, solo lo saben aquellos que por una razón u otra entran en mi vida.
Algunos me contarán de mi carácter, otros de mi sonrisa y así iré aprendiendo a mirarme, a encontrar las cosas que ciertamente llevo dentro. Pues lo que yo pienso de mi no es mas que un boceto de lo que yo quiero o creo ser, pero lo que yo soy es lo que dejo en todo lo que toco.
 
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