domingo, 20 de febrero de 2011

Te perdono por amar

Seguro va a ser la experiencia mas bonita se decía a sí mismo, y quizo nacer. La tentación es una peste y está sobre todo, los sentimientos mas puros y la naturaleza; pero le gustaba estar vivo. Sabía que el mundo estaba lleno de mentiras: los deseos son mentiras y los panaderos no cumplen deseos. Es bonito ser distinto, pensaba mientras se entretenía con un hormiguero y un alfiler. Quería remontar un barrilete y le gustaba estar vivo. No sabía que había del otro lado del mar ni del sol, no quería llegar a ningún lado porque esta feliz allí, donde estaba. No vestía a la moda pero sabía aprender. Unas veces se le rompieron los esquemas que tenía sobre el amor, pero seguía amando y su risa estaba hecha de amapolas. Tenía miedo, pero tenía vida, acertijos, estrellas. Crecía pero todavía escuchaba a las hormigas. Amaba de una forma diferente y le crecían ideas por el flequillo, ideas sobre cuentos que tal vez un día podría escribir. Y aunque era víctima de sus propios sentimientos un día le dio rienda suelta a sus ganas de hacer lo que sentía, y cuando lo hizo... salieron de sus ojos escarabajos transparentes, soles, manadas de elefantes, una tormenta de capullos. Era una experiencia bonita, quizá la mejor. Se perdonó a sí mismo por amar de una forma distinta, por ser distinto. Se abanicó las pestañas con un diario, siguió el camino de las hormigas, remontó un barrilete y le confesó a una nube con forma de pájaros migradores que, a pesar de todo, le gustaba amar. Porque francamente por eso estaba vivo.

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